domingo, abril 13, 2008

UNA ANTORCHA OLÍMPICA BUDISTA (∑π, επ)

No se trata de que los monjes budista vayan a compertir en algunas de las pruebas de los juegos olímpicos, sino en su incorporación a la agenda de los juegos.
El fuego ha sido un símbolo presente en muchas culturas y, particularmente, en de los Juegos Olímpicos nacidos en Grecia eran fiestas religiosas, culturales y deportivas. En este contexto evoca la leyenda de Prometeo, que robó el fuego a Zeus para entregarlo a los mortales. En la edad contemporánea se retoma esta idea y la frase de Pierre de Coubertain Que la Antorcha Olímpica siga su curso a través de los tiempos para el bien de la humanidad cada vez más ardiente, animosa y pura, refleja su incial espiritu cosmopolita.
Los juegos olímpicos de Pekín están siendo el reflejo de un mundo globalizado, que, probablemente, tendrá su zenit en la celebración de los mismos, pero que está teniendo unos prolegómenos en los que China y muchas de sus vicisitudes (costumbres, avances, desafíos, ...) serán mas conocidas por la opinión pública mundial. Y entre todas estas circunstancias, los Derechos Humanos y, particularmente, su cumplimiento en el Tibet ha pasado a primera página de todos los medios de comunicación. Y, en todo ello, hay que destacar el papel jugado por la resistencia noviolenta de los monjes budistas. El budismo (recuerdese la "revolución azafrán") ha pasado a jugar un papel político en el mundo globalizado, confíemos que sus principios noviolentos se expandan, al mismo tiempo, por todo el mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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