miércoles, marzo 17, 2010

QUIÉN SERÁ CLINT EASTWOOD MAÑANA (∑π, επ)

Conocí a Clint Eastwood, cuando yo era joven, como un matón de películas del oeste: La muerte tenía un precio, Por un puñado de dólares, El bueno, el feo y el malo, ... era violento y sin principios. No me gustaba nada.
En los últimos años, casi sin que me diera cuenta y con cierta extrañeza, ha aparecido como un director romántico y filantrópico que ha sido capaz de dirigir películas como Los puentes de Madison o Invictus. Esta última relata los esfuerzos de Nelson Mandela para terminar con el segregacionismo en Suráfrica.
¿Cómo lo recordaremos, como violento o cómo filantrópico? Esta fue la pregunta que se desprendía de la intervención de Oscar en el Seminario sobre Cultura de Paz y Memoria Histórica que celebramos en Almería. Andábamos interrogándonos sobre cómo recordar a las víctimas y los victimarios del franquismo.
¿Clint Eastwood fue un actor pistolero que cuando pudó ser director mostró su filantropía? ¿Con cual de las dos versiones del Clint Eastwood nos quedaremos? Ambas elecciones serían correctas, pero por si sólas incompletas o incorrectas. Sería muy interesante pensar que cuando pudo liberarse, tomar conciencia, de su condición de mercenario cambió de orientación.
El esfuerzo es alcanzar versiones que consideren las múltiples expresiones de las realidades. Es completamente necesario no sólo por su capacidad explicativa, sino por su capacidad transformadora.

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