sábado, febrero 04, 2012

TIEMPOS DE MIEDO O DE VALENTÍA (∑π)

Comencemos por decir que el miedo es una emoción muy valiosa, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en  animales como seres humanos. Es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, que permite a los seres humanos responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. Está intrísecamente ligado a nosotros, relacionado con un complejo entramado de sentimientos y normas culturales. Desde una perspectiva general podemos decir que es "natural" y beneficioso para los individuos y para la especie.
Nuestros miedos son moldeados socialmente y nos podemos encontrar con manifestaciones muy diversa de ellos: miedo al miedo, miedo a la muerte, a la enfermedad, al daño,  al ridículo, a la oscuridad, a animales (león, elefante, perro, gato, rata, insecto, bacterias o virus), a las enfermedades, la soledad, ..., incluso al amor. Aunque también favorece solidaridad y cooperación. El miedo, todo el miedo, no puede, ni debe, superarse, porque tiene como objetivo inicial el  bienestar.
Ahora bien, no hay que olvidarse que el miedo termina siendo un mecanismo de control social (miedo al otro, al diferente, mujeres, hombres, negros, amarillos, blanco, al que dirán, a lo desconocido,  ...) que nos convierte en egoístas, reaccionarios, indolentes, insolidarios. Pero además, nos constriñe nuestra libertad, aquella que se fundamenta en la posibilidad de tener las puertas abiertas para optar a distintas posibilidades. Cercena nuestra autonomía, nuestras capacidades para ser empáticos, solidarios, cooperativos con los otros, con la especie, para querer, para amar.
Creo que los peores miedos son aquellos que han anidado en nuestra sicología, en nuestro pensamiento, se han convertido en habitus a pesar no tener -o haber perdido-  utilidad, pero que nos aislan de las bellas oportunidades de nuestro entorno, de la vida ... Quizás merezca la pena superarlos, liberarse de ellos.
Sin llegar a la temeridad, existe un antónimo del miedo que es la valentía, una virtud, aquella que permite llevar adelante acciones a pesar de los impedimentos o dificultades que se puedan encontrar; la habilidad de sobreponerse a los miedos inútiles y perseverar hasta realizar la acción que se quiere hacer.
La valentía nos hace más libres, porque ganamos en opciones de comprensión, de relación con nuestro medio, de acción. Todos los tiempos, biográficos o históricos, son a la vez del miedo benefactor y de aquel que nos aprisiona, también de valentía libertaria, aquella que nos abre caminos; quizá ahora, con el panorama que tenemos, mejor algo mas de libertad para nosotros mismos y los demás. Aceptar el miedo, contrarrestarlo con la valentía y el coraje. Merece la pena correr algún riesgo.

Imagen de Zdzislaw Beksiński (ver imágenes) obtenida de la Piotr Dmochowski's collection os recomiendo altamente vistarlas. Increíble.

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